¿Acaso el fracaso existe?

Parece que cualquier experiencia humana conlleve el concepto de dualismo: bien/mal, éxito/fracaso, capitalismo/comunismo, etc. Desde la emergencia de las religiones monoteístas y de la figura de un dios actuando como un juez, todas nuestras construcciones mentales están impregnadas de dualidad y seguimos viendo todo bajo un prisma maniqueísta del bien y del mal. En realidad, no hay más que acontecimientos que nos permiten aprender y contribuyen a nuestra evolución.

¿Acaso el fracaso existe? ¿O es tan solo nuestra percepción e interpretación de los resultados? ¿Y si no existiera? El “fracaso”, tal y como lo definimos, no debe ser considerado como un final. Este concepto ha de ser sustituido por otro que asocie “el fracaso” a un vector de cambios, de mejora, de evolución, de adquisición de conocimientos y competencias nuevas, enriquecedoras.

Este libro no pretende dar lecciones morales a nadie, sino desvelar y abordar las diferentes facetas de la vida de un emprendedor. Lo describiría como un libro personalizado, lleno de experiencias vitales y sobre todo de emociones, y por ello permite aflorar la pura esencia del ser. Esta mezcla revela el valor de enfrentarse con uno mismo y tratar de remediar lo que no funciona, llevando a cabo un proceso de comprensión del pasado que nos permita entender el presente.

Equivocarse es una toma de conciencia para descubrir enseñanzas y verdades.

Nuestro mayor lastre cultural es el miedo a fracasar. Hemos de fomentar un cambio a nivel de actitud y de educación. La situación más dramática puede ser el punto de partida de un cambio profundo. Aprender a reír en y de las desgracias. La diferencia entre lo que somos y lo que queremos reside en lo que hacemos.

A veces malgastamos nuestro tiempo buscando explicaciones o respuestas a lo que nos ocurre pero lo único que podremos conseguir son experiencias. No podemos evitar vivir momentos de grandes dificultades, de dolor, de sufrimiento pero siempre disponemos de nuestro libre-albedrío a la hora de decidir cómo enfrentarlos y en qué los queremos transformar. Por este motivo, este libro no se reduce a un mero libro para emprendedores sino que conlleva una doble lectura con un mensaje sencillo: cualquier sea el ámbito de acción los fracasos no existen. Tan solo son nuestra percepción de los hechos y podemos invertir las situaciones de forma positiva si estamos dispuestos a avanzar soltando creencias, miedos y patrones limitantes.

¿Cómo y por qué nació este libro?

Cuando conocí a André, me comentó que le gustaría plasmar todas experiencias en un libro para poder ayudar a otras personas a emprender un proyecto, a evitar cometer los mismos errores o simplemente ayudarles a encontrar la fuerza para seguir adelante. Y así nació la idea del libro.

Este proceso de introspección que André ha realizado, tratando de entender sus actos, debería ser un automatismo para todos. Estamos siempre en la acción, dedicando cada vez menos tiempo a la reflexión o al vacío y al silencio que puedan fomentarla. Este libro consta de cuatro partes, abarcando reflexiones sobre diferentes aspectos del proceso emprendedor: el microcosmos emprendedor, el fracaso y cómo superarlo, la autogestión del emprendedor y la forma de llevar a cabo proyectos nuevos.

Para mí es un orgullo haber podido participar de esta experiencia literaria con él por varios motivos:

  • El primero ha sido poder compartir de primera mano el trabajo de introspección que ha llevado a cabo y que le ha permitido crecer y sacar aprendizajes de sus experiencias. Es un proceso por el cual deberíamos pasar todos: ser capaz de actuar y de reflexionar acerca de nuestros actos, de observar la realidad que nos rodea sin auto-engañarnos o refugiándonos en un papel de víctima y tratar de remediar lo que no funciona.
  • El segundo está vinculado con el tema de la educación emprendedora y de la desestigmatización del error. Nos incumbe a todos crear nuevas formas de enseñanaza adaptadas al pragmatismo del emprendimiento, pedagogías que emanen de vivencias reales como lo subraya Marc Vidal y que incluyen la gestión del fracaso como lo señala PasqualAlmudeve.
  • El tercero es haber sentir y expresar una sinergia perfecta entre las emociones y experiencias vitales de André y los valores que difundíamos desde la Fundación con la que colaboraba. Emprender es ante todo emprenderse como lo define AlfonsCornella. Emprender es aventurarse en el camino del autoconocimento, llegar a definir lo que nos apasiona en la vida, ser conscientes de nuestros puntos fuertes y débiles, y tratar de encontrar un camino personal y profesional en harmonía con quienes somos. Lo importante no es tanto el punto de llegada sino los diferentes procesos por lo que pasamos y que nos permiten acercarnos de nuestra esencia.
  • El cuarto es haber podido conseguir profundizar y analizar las diferentes fases del proceso emprendedor a través de todos los testimonios que todos los protagonistas del libro han compartido conmigo. El testimonio de Pep Torres ha contribuido a desmitificar el concepto de idea revolucionaria para emprender. Y el de Marc Ramis para entender que una idea disruptiva tarda más tiempo en ser entendida por la sociedad. El de Francesc Riverola me ha permitido entender que es imprescindible oxigenarse con actividades diferentes para evitar la endogamia profesional. Alejandra Yuste, Jordi Mercader han compartido sus criterios a la hora de buscar socios incidiendo en la necesidad de una visión en común y de alineación de intereses. Albert Buscató me ha demostrado que era posible desafiar las “leyes emprendedoras” emprendiendo solo! Miguel Angel Herranz y casi todos han coincidido en lo mismo: es fundamental saber compartir ideas para mejorarlas y tener una hoja de ruta y una mentalidad flexible proactiva para encarar los imprevistos. Ivan Caballero y Ferran Marti han aportado una visión innovadora en cuanto a un nuevo paradigma de empresa y de concienciación social. ManelPalmarola, Marc Vidal e Ivan Caballero han incidido en el hecho de que es tan importante aprender a cerrar una empresa como a crearla.